Bajo la presencia majestuosa de inexpugnables cortados, el río Guadalope busca hueco para atravesar la gran muralla que constituyen los Órganos de Montoro, milagro de la naturaleza y un magnífico ejemplo de la paciente erosión del agua.
A nadie le pasa inadvertida esta arquitectura inventada en la roca, está trompetería de piedra, este clamor contundente y vertical. Los escarpes verticales y las crestas puntiagudas que jalonan la carretera alcanzan aquí su máximo esplendor, dejando ante nosotros panorámicas que nos dejan sin habla y donde cualquier fotografía resultará insuficiente.
Declarado Monumento Natural por el Gobierno de Aragón en 2010, está incluido también en las figuras de protección ZEPA “Río Guadalope – Maestrazgo” y LIC “Muelas y Estrechos del río Guadalope”.