Se localiza a unos 1.100 metros de altura, a medio camino del sendero PR-TE-93 que une Ejulve con Gargallo. También se puede acceder a él desde la Silent Route, a la altura del kilómetro 5,5 por un camino en buen estado que pasa junto al aeródromo del Campillo y que está señalizado.
La extensa planicie de la paramera ejulvina se quiebra bruscamente hacia el oeste para dar paso al valle del río Escuriza en sus primeros metros de vida. El sendero que llega al mirador discurre por el borde de dicha paramera. Desde allí se divisa el extenso y valioso pinar por el que transcurre el discreto río Escuriza. Hacia la derecha la vista nos conduce siguiendo el curso del río hasta el pequeño casco urbano de Gargallo. El magnífico bosque que cubre la pendiente va dejando paso a los campos de cultivo y a los pequeños huertos que van jalonando el río a medida que éste se acerca a la población. A nuestra espalda, el siempre omnipresente por estos lares pico Majalinos, con sus 1601m. Aunque un incendio acabó con su magnífico manto de pinares, todavía conserva esa magia de las cumbres nevadas donde se atrapan las nubes y la lluvia. De allí proceden los gélidos vientos que curan con esmero los jamones, elaborados cárnicos y quesos que dan fama a Ejulve y Gargallo.
Recomendamos la visita al mirador a finales de abril y primeros de mayo cuando miles de gamones florecen sobre el páramo inundando de flores todos los rincones. También podrás escuchar el canto de la alondra ricotí, un ave en peligro de extinción, que habita estas parameras.
Puedes disfrutar de las vistas de este estupendo mirador en este video.